En el mundo de hoy las marcas están dispuestas a pagar un valor muy alto por innovación, por encontrar ese diferencial y/o valor agregado que las haga salir del montón y ser en verdad algo valioso para el consumidor, pero todas están cayendo en un gran error, al tratar de ser diferentes todas están siendo iguales de nuevo.
Hace días leí un artículo de Alberto Nazario, “Contra la cultura de la disrupción” (recomendadisimo) donde hablaba de este tema, la palabra disrupción está prostituida, y todas las marcas quieren ser disruptivas y diferenciales pero no ven que todas están cayendo en lo mismo.
Otro gran problema es la tecnología, todos creemos que para tener innovación y diseño hay que basarnos en la tecnología, una nueva app o un nuevo hardware es lo que nos va a hacer ricos o lograr que nuestra marca sea diferente, pero no es así, la tecnología es una gran herramienta y eso todos lo sabemos, pero olvidamos nuestras raíces, olvidamos volver a lo manual, a lo rudimentario.
Siendo una herramienta de gran potencia y que en un mundo como el de hoy lo que es manual u orgánico es de gran valor para los consumidores.
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Todos quieren ser disruptivos
Es así como convertimos el concepto disruptivo -Hablando de compañías es básicamente la capacidad para ser diferente, y cómo hacer frente a grandes emporios solo con valor agregado- en una palabra usada en cualquier situación para aumentar las expectativas sobre una idea o compañía.
Dentro del tema gráfico en el medio vemos grandes artistas y diseñadores que con sus grandes tabletas, con photoshop y sus imacs increíbles, hacen cosas fuera de este mundo!. Pero dentro de una corriente donde hay otros cientos de artistas haciendo lo mismo.
¿Innovación y diseño?
Conozco grandes fotógrafos con un set de equipos increíbles que automatizan muchas cosas y su trabajo final deja de tener ese toque personal, y no es que este mal, o su trabajo sea malo, es de verdad muy muy bueno, pero todos están por el mismo lado sin innovación, que tal si volvemos a lo análogo, volvemos a untarnos de tinta, a cortar papel, a revelar.
Mejor aún si mezclamos tecnología con lo básico, si la tinta la untamos de tecnología para hacer cosas realmente nuevas, con innovación… ese es el camino, evolucionar, pero evolucionar sin olvidar otros procesos.
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